COMO CALMAR LA ANSIEDAD Y LOS NERVIOS
La Biblia ofrece muchos consejos sobre cómo vencer la ansiedad y angustia.
La Biblia te dice que confíes en Dios cuando estas en medio de la "tormenta" y en situaciones difíciles.
Filipenses 4:6-7 dice: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Entrega tus preocupaciones a Dios:
1 Pedro 5:7 aconseja, "Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." Este versículo sugiere que uno puede liberarse de las cargas de la ansiedad entregándolas a Dios, quien cuida de sus creyentes.
Encuentra la paz a través de la lectura bíblica y oración
La oración y lectura bíblica en las escrituras, son prácticas comunes recomendadas para encontrar paz y reducir la ansiedad. Los Salmos, por ejemplo, están llenos de lamentos y súplicas que muestran cómo los creyentes pueden acercarse a Dios en tiempos de angustia.
Confiar en la providencia de Dios:
Mateo 6:25-34 aborda directamente la ansiedad sobre las necesidades básicas de la vida, como la comida y la ropa. Jesús aconseja a sus seguidores que no se preocupen por estas necesidades porque Dios, que cuida de las aves del cielo, seguramente cuidará también de sus hijos.
Vivir el momento presente:
Mateo 6:34 "Así que, no os preocupéis por el mañana; porque el mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal." Este consejo enfatiza la importancia de concentrarse en el presente y no angustiarse por el futuro.
Apoyo comunitario:
La Biblia destaca la importancia del apoyo de otros creyentes en tiempos de angustia.
Galatas 6:2 dice
Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Esto sugiere que compartir las preocupaciones con otros creyentes puede ayudar a aliviar la ansiedad.
Estos principios nos ofrece guías prácticas sobre cómo enfrentar y manejar la ansiedad y la angustia en nuestras vidas.
Entiendo profundamente lo difícil que es vivir bajo la sombra constante de la ansiedad y el temor. No es simplemente una cuestión de estar preocupado; es una sensación abrumadora que parece tomar control de nuestra mente y cuerpo, a veces dejándonos incapaces de funcionar como deseamos. Sin embargo, en la Biblia encontramos no solo consuelo espiritual, sino también herramientas prácticas que han ayudado a muchos a manejar y superar estos desafíos.
Consideremos, por ejemplo, el consejo de Jesús en Mateo 6:34: "Así que, no os preocupéis por el mañana; porque el mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal." Aquí Jesús nos está enseñando a centrarnos en el aquí y ahora, reconociendo que preocuparnos excesivamente por el futuro solo aumenta nuestra ansiedad. Esto no es negar la realidad de nuestros problemas, sino más bien un llamado a no dejar que el miedo al mañana nos robe la paz de hoy.
Pablo nos ofrece un método concreto para enfrentar la ansiedad:
Filipenses 4:6-7
"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Pablo sabe lo que es sufrir y enfrentar dificultades; no habla desde una torre de marfil. Nos anima a llevar nuestras preocupaciones a Dios a través de la oración, no como un ritual vacío, sino como una conversación sincera con alguien que se preocupa y puede actuar en nuestras vidas.
1 Pedro 5:7, también nos recuerda, "Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." Aquí hay un reconocimiento de que la ansiedad es pesada, y es algo que literalmente podemos 'echar' fuera de nosotros y dejar que Dios la maneje. No se trata de "evadir" nuestros problemas, sino de un acto de confianza en que no estamos solos en esto.
Además, los Salmos nos ofrecen un modelo de cómo expresar abiertamente nuestros miedos y preocupaciones. En Salmo 34:4, el salmista declara, "Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores." Aquí vemos la importancia de la vulnerabilidad ante Dios, mostrando que es completamente aceptable acercarnos a Él con nuestras dudas y temores más profundos.
Por lo tanto, te invito a considerar estas palabras no solo como textos antiguos, sino como recursos vivos que puedes utilizar en tu búsqueda de paz. Acercarte a Dios no es un acto de escapismo, sino un paso valiente hacia la liberación de la ansiedad que te oprime. A través de la oración, la lectura bíblica en las Escrituras y el apoyo de otros creyentes en la fe, puedes encontrar no solo alivio temporal, sino una paz duradera que "sobrepasa todo entendimiento." Es un privilegio y un recurso poderoso que está disponible para ti, aquí y ahora.